Jam se despertó tapada solamente por una sábana azul, en un cuarto que desconocía y apoyada en el pecho de alguien que no recordaba. Levantó la mirada y vio un marco de fotos en al mesilla de noche, él y Adam, y luego vio su cara, y su brazo con el ancla tatuada. No se acordaba de la noche anterior, pero la tranquilidad que le daba saber que había acabado tan bien, le hizo despreocuparse. Se dio la vuelta, y la sorpresa vino cuando vio a Brian sentado en un silla al lado de la cama, ojiplático, con la boca abierta y partiéndose de risa a la vez.
- ¿Cómo coño ha pasado esto? Puahahahaha, yo que venía a echarte la bronca por haberte ido con esos dos gilipoyas, y me encuentro con tal pastel... A John y a ti nunca os han explicado eso de "No te líes nunca con el hermano/a de un colega?
- Joder Brian... Has estado ahí... todo el rato? - Dijo mientras intentaba taparse con al sábana.
- Ssssshhhh.... calla, no vayas a despertara tu amorcito. Y, no, acabo de llegar, gracias a Dios no he visto semejante imagen... aunque no me importaría...- Se calló tras el cojín que le lanzó Jamie. Se empezaron a reír los dos en voz muy baja, hasta que Luke se despertó. Ella se hizo la dormida, siempre le gustó que la despertasen con mimos.
Después de desayunar y arreglarse, fueron a la casa de Jam. Abrió ella la puerta con una gran sonrisa en la cara, seguida de Luke, y con Brian por detrás, pero dicha sonrisa se borró torpemente tras observar el percal del salón. John, Ariel y Adam, con gesto totalmente incómodo, y Electra al lado. La causa de la incomodidad era ella: era la ex-novia de Brian, aunque nunca lo había aceptado. Niña de papá, se creía pin-up, y por lo que nos había comentado Brian y habíamos observado cuando salíamos por ahí, era más corta que las mangas de un chaleco. Vamos, una joya de niña.
- ¡Mierda! - Exclamó Brian cuando la vio. - ¿Qué parte de "no quiero volver a verte" no entendió esta chica? Será imbécil....
Jamie miró a Brian y procedió a hablar.
- ¡Hombre Electra! Qué sorpresa.... - Electra la miró y se abalanzó a ella llorando.
- ¿¡Por qué él, Jalsie?! POR QUÉ ÉL!
- Soy... soy Jamie
- Si ya os dije que era tonta. - Interrumpió Brian.
- ¿Qué has venido a hacer aquí? - Electra se incorporó, se secó las tres lágrimas de cocodrilo de la cara, y dijo totalmente calmada.
- Vengo a por sus cosas.
- ¿Tú?
- Si, yo, soy soy novia, bueno, su viuda, casi.
- Jamie, recuérdame que no vuelva a salir con una tía por muy buena que esté, antes de saber su C.I., por favor... Dila cualquier cosa, y que se largue ya...
- Mira Electra, no sé si recuerdas que Brian te dejó y... - y la chica empezó a llorar falsamente de nuevo.
Adam miró a Luke con cara extrañada y luego a Jam.
- Jamie ¿puedo hablar contigo un momentín? -Ella miró a Luke, que tenía un gesto bastante incómodo, y luego contestó.
- Verás Adam, no es el mejor momento - Señaló con la cabeza a Electra.
- Es sobre eso - Y volvió a señalarla con la cabeza.
- Ah, entonces guay. Vmaos.
Subieron a la habitación de éste y cerraron la puerta.
- Jam, esta tía está grillada
- Aparte de retrasada. Pero más que loca, yo diría que es una arpía.
- ¿Tu crees? Si Brian no tenía un duro... ¿qué se va a querer llevar?
- Vete tu a saber... - Sonó el timbre de nuevo. Siguieron hablando de cómo hacerla irse con las manos vacías y bajaron con un plan estructurado.
Pero todo el plan se fue al garete cuando al entrar por el arco al salón, se encontró a Luke, con su preciosa cara, con un tío al lado. Extremadamente mod, con una mirada penetrante y una sonrisa enloquecedora.
Adam habló con Electra y empezó con su parte del plan. Cuando le tocaba "actuar" a Jam, tuvo que darla un codazo para distraer su atención de aquellos dos hombres, especialmente del desconocido. Prosiguieron ambos dos con el plan, mientras Brian por un lado, se tiraba de los pelos, y ponía caras graciosas, burlándose de su ex, John y Ariel intentaban aguantarse la risa, y Luke y el hombre misterioso, estaban apartados, sin hacer absolutamente nada.
Electra acabó tragándose el teatrillo.
- Bueno, cariño, tenemos que irnos. - Dijo el chico misterioso, osea, era el novio de ella.
- ¿Qué rápido te olvidas de mi, eh, zorra? - Dijo Brian con gran gesto de sorpresa.
- ¿Cómo te llamas? - se le ocurrió preguntar a Jam, ya que realmente estaba interesada en aquel tipo
- Nathan, Nathan Daltrey. - Diciendo esto con media sonrisa, cogió a la "dolida" Electra del hombro y salieron de la casa.
- Yo soy Jamie, encanta...da. - Pero ya había salido.
- ¿Estabas intentando ligar con ese chulo? - Dijo John mientras el resto se acercaban hacía él y Ariel.
- Qué va... Solo intentaba ser educada o amable.
- Es verdad, además, Jamie está con alguien, ¿verdad? - Dijo Luke, guiñándole un ojo. Mientras lso otros 3 aplaudían y se reían, aunque Adam se quedó un poco mosca
Esto fue u gran palazo para Jam. Realmente le gustaba Luke, pero odiaba que se tomaran ese tipo de decisiones sin hablarlas antes.
Además, estaba el tipo ese, Nathan, la había calado. Pero bueno, al parecer, y en principio, estaba saliendo con Luke.
Banda sonora de la historia.-
http://www.youtube.com/watch?v=B9dSYgd5Elk&ob=av3e
Visitors.-
martes, 13 de septiembre de 2011
viernes, 9 de septiembre de 2011
Cap. 6.
Iban caminando por las calles más famosas de Londres, los tres con Jam en medio. Kurt y Syd, aparte de manejar el Rock and roll (como término musical) también manejaban todo lo referente a él: Sexo y drogas. Entraron en los lavabos de un garito oscuro y le ofrecieron a Jam unas cuantas rayas, a lo cual no se negó. Después de dichas rayas y varios cócktails, entraron en otro bareto, oscuro también, pero muy glam. PArecía que habían vuelto a 1972. En el escenario, un chico imitando a Bowie cantaba "Baby's on fire" de Brian Eno. El ritmo mareante y los sonidos metálicos de la canción facilitaban la toma de control de las drogas en sus cerebros. Durante los 4 minutos que duró la canción, los gemelos empezaron a restregarse sobre Jamie. Ella les empezó a besar, y entraron de nuevo en el baño. Aquellos chicos podían llegar a ser muy obscenos, y siempre jugaba a su favor. Después de toda clase de magreos, sacaron las agujas y unas bolsitas. Volvieron a ofrecer a Jam. Le ataron la cinta por encima del codo, y la dieron golpecitos, y mientras Syd la inyectaba, Kurt se dedicaba a besarla por el cuello. Fue divertido durante la primera media hora, en la cual, la imaginación de los gemelos sobre Jam se acentuó.
Pero de repente todo se empezó a nublar, entraron en el garito unos tipos reclamando a los hermanos Reckless. Seguro que era un tema de drogas. Se fueron corriendo por al puerta de atrás escoltados por la camarera, dejando a Jam tirada en el suelo. Ella salió como pudo del garito para tomar el aire, respirar. Se empezaba a encontrar mal, sudaba y tenía temblores. Se acurrucó sobre sus rodillas y se tumbó lentamente en el suelo. Cuando ya pensaba que iba a morirse allí, una mano fuerte la cogió y la metió en un coche. Mientras le daba palmaditas en la cara y susurraba - Jamie, Jamie, ¿estás bien?- Ella empezó a abrir los ojos y vio delante suyo a los ojos más azules que había visto en su vida. Pensó que era Adam, pero él no tenía tanta fuerza como para haberla cogido. Tenía sus mismos ojos. Era Luke. Cuando éste vio que Jam abría los ojos, sonrió, y ella quedó enamorada de esos hoyuelos, de esa boca perfecta.
Estaba medio vestida: la camisa desabrochada, los pantalones medio bajados y despeinada. Luke la ayudó a vestirse bien, la llevó a su casa y la dio algo de comer.
Tantos años conviviendo a diario con el hermano de Adam y nunca se había fijado en lo buen chico que era.
- ¿Por qué me has traído a tu casa?
- ¿En serio quieres que Adam y John te vean en este estado, sabiendo con quién venías?
- Es cierto.... Muchas gracias Luke.
- Te han dejado tirada, no dirás que no te lo avisamos siempre.
- Ha sido por otros asuntos... Si no, se hubiesen quedado. Créeme, lo estábamos pasando muuuuuuuy bien. - Se quedó callada con gesto de satisfacción.
Luke se sentó a su lado en el sofá con una taza de té entre sus manos. Se quedó mirando a Jam, ella le devolvió al mirada. Y después de 5 minutos con sus caras a menos de 3cm la una de la otra, Luke le dio un beso, que ella continuó con mucho gusto.
Pero de repente todo se empezó a nublar, entraron en el garito unos tipos reclamando a los hermanos Reckless. Seguro que era un tema de drogas. Se fueron corriendo por al puerta de atrás escoltados por la camarera, dejando a Jam tirada en el suelo. Ella salió como pudo del garito para tomar el aire, respirar. Se empezaba a encontrar mal, sudaba y tenía temblores. Se acurrucó sobre sus rodillas y se tumbó lentamente en el suelo. Cuando ya pensaba que iba a morirse allí, una mano fuerte la cogió y la metió en un coche. Mientras le daba palmaditas en la cara y susurraba - Jamie, Jamie, ¿estás bien?- Ella empezó a abrir los ojos y vio delante suyo a los ojos más azules que había visto en su vida. Pensó que era Adam, pero él no tenía tanta fuerza como para haberla cogido. Tenía sus mismos ojos. Era Luke. Cuando éste vio que Jam abría los ojos, sonrió, y ella quedó enamorada de esos hoyuelos, de esa boca perfecta.
Estaba medio vestida: la camisa desabrochada, los pantalones medio bajados y despeinada. Luke la ayudó a vestirse bien, la llevó a su casa y la dio algo de comer.
Tantos años conviviendo a diario con el hermano de Adam y nunca se había fijado en lo buen chico que era.
- ¿Por qué me has traído a tu casa?
- ¿En serio quieres que Adam y John te vean en este estado, sabiendo con quién venías?
- Es cierto.... Muchas gracias Luke.
- Te han dejado tirada, no dirás que no te lo avisamos siempre.
- Ha sido por otros asuntos... Si no, se hubiesen quedado. Créeme, lo estábamos pasando muuuuuuuy bien. - Se quedó callada con gesto de satisfacción.
Luke se sentó a su lado en el sofá con una taza de té entre sus manos. Se quedó mirando a Jam, ella le devolvió al mirada. Y después de 5 minutos con sus caras a menos de 3cm la una de la otra, Luke le dio un beso, que ella continuó con mucho gusto.
domingo, 28 de agosto de 2011
Cap. 5
Jam se levantó de la mesa, excusándose diciendo que tenia que ir al baño, para intentar buscar a Brian, y convencerle de que escuchase a su hermano. Entró por la puerta que estaba marcada con una señorita pin-up indicando que ese era el lavabo de mujeres. Entró, se apoyó en la pared y se quedó mirando al techo. No sabía qué hacer, cómo encontrarle. Nadie la dijo cómo tenía que hacerlo. Mientras ella seguía con al mirada perdida, Brian apareció de nuevo y se quedó sentado en el water con restos de cocaína. Tosió para llamar la atención de Jamie.
- Brian por favor, tienes que escuchar a Jim, quiere pedirte perdón, se siente muy mal.
- Ya, pero, ¿no te das cuenta de que es todo falso? Sólo se arrepiente porque me he muerto, y quedaría mal que me odiase en momentos como este.
- Una cosa es que te caiga mal por lo que hizo, y otra es que tengas que hablar así de él. Sabes que no es así.
- ¿A no?, ¿te acuerdas de aquel día? En este mismo pub, apareció y me pegó un puñetazo en la cara, simplemente por haberle dicho a su chica que yo era mejor en la cama que él... ¿Recuerdas? En esos momentos estuviste de mi parte.
- Conozco a mi hermano, por eso es mi hermano, y sé que ahora está siendo sincero, que se arrepiente.
- Perfecto... vengo para ayudarte y tú, lo único que se te ocurre hacer es joderme. Perfecto Jam. Pensé que eras mi mejor amiga.
- ¡ Y LO SOY! Por favor Brian, simplemente ven con nosotros y escúchale, por favor...
Sin articular ninguna palabra y con cara de odio, Brian se levantó y siguió a Jam hacia la mesa de nuevo.
Siguieron hablando, y por la cara de Brian, no parecía convencido de las disculpas. Y cada dos por tres
éste soltaba algún comentario del tipo:
- No te creo. Eres un cínico y un imbécil. No te mereces a la chica que tienes.
Jam estaba tan pendiente de que las palabras de Jim calasen a Brian, que no se dio cuenta de los dos personajes que aparecía por la puerta: los gemelos Reckless, Kurt y Syd. Lo mejorcito de Londres, o lo peorcito, según las altas esferas. Eran los que se dedicaban a manejar el rock and roll de la ciudad. Sin ellos, no había fiesta que mereciese la pena. No eras una buena groupie de nadie si no te habías acostado primero con alguno de ellos, o con los dos. Jamie les amaba, gracias a ellos había conseguido codearse con la gente que más deseaba, como Keith Richards o David Bowie. Pero el resto del grupo los detestaba. Sabían que sólo la utilizaban por interés, pero Jam no les escuchaba, ellos dos la daban lo que ella quería, la decían lo que deseaba oír... Y eso a Jamie le encantaba. Nunca había sido una niña mimada, lo cual acentuaba más y más su interés por ls gemelos.
Se acercaron y mientras Syd la tapaba los ojos Kurt la cogió de la mano para levantarla de la silla.
- ¡Sorpresa amor! - La retiró las manos de la cara y ella se abalanzó sobre ellos para abrazarlos.
- ¿Se murió alguien en tu fiesta, no?
- Sí, Brian.
- ¿El pelirrojo? Siempre me cayó un poco mal... - Con el pelirrojo se refería a John, y eso no le hizo ni pizca de gracia.
- ¡Eh, imbécil! Que estoy aquí...gilipoyas...
- Ah, ya caigo, el rubito ese... Sí sí, pobre chico.
Jamie volvió la vista hacia el resto de sus acompañantes, y les vio a todos mirando a los gemelos con cara de asco. Incluido Luke, que antes solía ser su amigo. El que parecía más molesto era Brian.
- Sabes que son escoria Jam... Sólo te quieren utilizar. Pero haz lo que quieras, siempre lo haces.
Ella se quedó abatida pensando.
- Bueno qué... ¿Nos vamos a otro sitio? Dijo Adam muy mosqueado.
- Sí, sí, creo que será lo mejor, podemos ir a un nuevo pub exclusivo que han abierto en... - Empezó a decir Syd, pero Luke le interrumpió.
- Nosotros nos movemos, vosotros dos podéis ir por vuestra cuenta...
- Está bien, no te pongas violento Luke. Bueno Jam, vienes con nosotros, ¿no?
sábado, 27 de agosto de 2011
Cap. 4
El otro hermano de Jamie, Jim era el mejor amigo de Luke, el hermano de Adam, y siempre le había tenido mucho cariño a Brian, hasta que un mes antes de lo ocurrido tuvieron una gran discusión. Jim no sabía nada de lo ocurrido, y su relación con Jamie o Ariel no estaba como para tirar cohetes. Se enteró por Luke, y eso no le hizo ninguna gracia.
Esa noche, habían salido los cuatro: Jamie, Adam, Ariel y John, para despedir a Brian como se merecía. Fueron de bar en bar por todo Londres, y a dos cervezas por bar, imagínate cómo terminaron. Pero me limitaré a contar el inicio de la velada.
Salieron de la casa mientras John sujetaba la puerta. Jamie salió la última y se quedó mirando hacia atrás, observando como Brian les seguía.
Esa noche, habían salido los cuatro: Jamie, Adam, Ariel y John, para despedir a Brian como se merecía. Fueron de bar en bar por todo Londres, y a dos cervezas por bar, imagínate cómo terminaron. Pero me limitaré a contar el inicio de la velada.
Salieron de la casa mientras John sujetaba la puerta. Jamie salió la última y se quedó mirando hacia atrás, observando como Brian les seguía.
- Encima que os vais de fiesta porque me muero, ¡no me lo voy a perder! - Jamie sonrió y John se le quedó mirando extrañado, pero pasó del tema y cerró la puerta tras Jamie (y Brian)
Llegaron a su garito favorito. Poca luz, y la poco existente, era de colores. Mucho humo y pura psicodelia y rock and roll en el interior. Se sentaron en los sillones del fondo, pidieron unas cervezas y se quedaron allí, recordando viejos tiempos con Brian.
- ¿Y os acordáis cuando fue donde estaban las alemanas de 15 años y empezó a ligar con ellas?
- Sí si, pero mejor fue cuando para recuperar su deportiva se quitó los pantalones en medio de Trfalgar Square para alcanzarla, porque estaba encima de uno de los leones... sí...
A cada dos o tres anécdotas más o emnos, se hacía el silencio hasta que alguien volvía a acordarse de alguna aventura nueva. En cada uno de estos silencios Jamie se fijaba en Brian que estaba sentado entre Adam y John, mirándoles con cara de tonto, fijándose en cada detalle y en cada gesto. En una de estas miradas le sorprendió mirándole el escote a su hermana.
- ¡Brian! - Dijo sin pensar, haciendo que los otros tres la miraran como si estuviese loca. - Lo siento, me pareció verle entrar por la puerta, no me acostumbro joder... - Intentó disimular torpemente Jam.
Todos la abrazaron y a Adam le sonó el móvil, así que se separó del abrazo para cogerlo antes de que colgasen.
- ¿Sí? ¡Luke! Estamos en el Pilgrims, ¿vienes? Perfecto, en 10 minutos, te esperamos. - Y se volvió a unir al abrazo.
En 10 minutos, cumpliendo con la puntualidad inglesa, allí estaba Luke, acompañado por Jim, que en cuanto vio a Jamie, se abalanzó hacia ella para abrazarla. Brian puso cara de odio, pero se dio cuenta que ya no servía para nada. Se volvieron a sentar y pidieron otra ronda de pintas.
Jim estuvo cabizbajo y meditando un buen rato. Y Jamie veía como Brian le miraba con cierto resquemor. En un momento determinado, Jim levantó la cabeza y empezó a hablar:
- Ahora me siento fatal. Tenía que haberle pedido perdón, si fue todo por mi culpa... Soy un desastre de amigo, todo es una mierda joder... Brian se ha ido para siempre y no podrá perdonarme nunca.
- Jim... Seguro que Brian está en algún lugar del mundo o del universo, seguro que te escuchará si le hablas con la suficiente claridad y sinceridad.- Y Jamie volvió a mirar hacia donde estaba Brian, pero se había ido, o al menos, ya no estaba allí.
Cap. 3.
Adam bajó a la cocina a la mañana siguiente, pasando por el salón para visitar a su amiga. La encontró tumbada sobre el sofá con varias fotos en las manos. Alcanzó una en la que salía Brian sujetándole en los hombros.
- ¡Cómo puedes autodemacrarte de esta manera!... Eres masoka.- Dijo suavemente y con un tono muy cariñoso para evitar despertarla. Pero escuchó el susurro. Al ver a Adam se levantó estrepitosamente dispuesta a contarle lo ocurrido, hasta que vislumbró a Brian sentado a su lado, diciéndola solo a ella.
- No puedes contárselo a nadie, y menos a Adam o a John... a nadie Jam, por favor.
- Jam, ¿quieres algo? ¿Estás bien?
- Eh... no nada Adam... ¿Qué tal has dormido?
- Bueno.... No he dormido.- Se sentó al otro lado del sofá y Jamie colocó su cabeza sobre sus rodillas mientras el le acariciaba el pelo. - Simplemente es que... no me siento capaz de continuar sin él, joder...
Ella se quedó callada. Supuestamente tendría que sentir lo mismo, pero no era así. Ella tenía a Brian aún, le podía ver, hablar con él. Pero no podía compartirlo, así que era como si también a ella le faltase. Intentó decir algo que le consolase.
- Pronto se pasará, y te... nos daremos cuenta de que en el fondo Brian estará siempre en nuestro corazón. - Acabó el discursito y miró a Brian pidiéndole ayuda para poder continuar la conversación sin cagarla. Brian simplemente levantó los hombros y por la mueca de su cara, él tampoco tenía ninguna idea de qué hacer en esos momentos. Se quedó mirando a su colega. Ese que le levantaba las chicas, ese que le escuchaba atentamente sus progresos con la guitarra y con los instrumentos nuevos que le daban por probar... Adam siempre había sido su mano derecha. Gracias a él conoció a John y a Jam. Y eso era lo más grande que le había pasado nunca. Hasta estando vivo hubiera llorado al darse cuenta de lo que quería a esas cuatro personas.
Entonces sonó el timbre, y apareció Ariel, la hermana de Jam y la novia de John. Ella no pudo ir a la fiesta porque al día siguiente tenía un examen sumamente importante en la universidad. Jam estaba mosca con ella por no haber ido a la fiesta más importante de su vida, pero ahora se alegraba. Ella también estaba muy unida a los cuatro y no hubiera soportado ver a Brian cadáver.
John le abrió la puerta, la dio un beso y la llevó al salón donde estaban Adam y Jam. Jam al verla se levantó y fu corriendo a abrazarla. se derrumbaron las dos en cuanto sus brazos se juntaron. Los dos chicos se pusieron a ordenar de nuevo las cajas mientras las hermanas hablaban sentadas en el sofá.
- No, John. No guardes las cajas. Quiero tenerlas cerca.
- Jam, pequeña, no deberías maltratarte tanto. Vas a acabar psicótica... Es difícil para todos, pero si no nos intentamos distanciar un poco de él...
- Adam por favor, no digas eso, no digas más cosas por favor...
- Perdona, tienes razón. - Y siguió colocando las cosas religiosamente.
- Chicos, creo que deberíamos salir esta noche. Celebrarlo, no en plan "WUH!" pero... ya me entendéis... - Rompió el hielo Ariel intentando no cagarla.
- Es cierto, es lo que a él le hubiera gustado.
Diciendo esto, John cogió a Ariel de la mano, y Jam subió a su habitación a por una cazadora para ella y otra para Adam. cuando volvió al salón para darle el abrigo a su amigo, vio a Brian sentado enfrente suyo, mirándole con cara tierna y los ojos humedecidos.
- Adam, vamos, te he cogido tu cazadora.
Adam asintió se levantó, y detrás suyo Brian.
- ¡Cómo puedes autodemacrarte de esta manera!... Eres masoka.- Dijo suavemente y con un tono muy cariñoso para evitar despertarla. Pero escuchó el susurro. Al ver a Adam se levantó estrepitosamente dispuesta a contarle lo ocurrido, hasta que vislumbró a Brian sentado a su lado, diciéndola solo a ella.
- No puedes contárselo a nadie, y menos a Adam o a John... a nadie Jam, por favor.
- Jam, ¿quieres algo? ¿Estás bien?
- Eh... no nada Adam... ¿Qué tal has dormido?
- Bueno.... No he dormido.- Se sentó al otro lado del sofá y Jamie colocó su cabeza sobre sus rodillas mientras el le acariciaba el pelo. - Simplemente es que... no me siento capaz de continuar sin él, joder...
Ella se quedó callada. Supuestamente tendría que sentir lo mismo, pero no era así. Ella tenía a Brian aún, le podía ver, hablar con él. Pero no podía compartirlo, así que era como si también a ella le faltase. Intentó decir algo que le consolase.
- Pronto se pasará, y te... nos daremos cuenta de que en el fondo Brian estará siempre en nuestro corazón. - Acabó el discursito y miró a Brian pidiéndole ayuda para poder continuar la conversación sin cagarla. Brian simplemente levantó los hombros y por la mueca de su cara, él tampoco tenía ninguna idea de qué hacer en esos momentos. Se quedó mirando a su colega. Ese que le levantaba las chicas, ese que le escuchaba atentamente sus progresos con la guitarra y con los instrumentos nuevos que le daban por probar... Adam siempre había sido su mano derecha. Gracias a él conoció a John y a Jam. Y eso era lo más grande que le había pasado nunca. Hasta estando vivo hubiera llorado al darse cuenta de lo que quería a esas cuatro personas.
Entonces sonó el timbre, y apareció Ariel, la hermana de Jam y la novia de John. Ella no pudo ir a la fiesta porque al día siguiente tenía un examen sumamente importante en la universidad. Jam estaba mosca con ella por no haber ido a la fiesta más importante de su vida, pero ahora se alegraba. Ella también estaba muy unida a los cuatro y no hubiera soportado ver a Brian cadáver.
John le abrió la puerta, la dio un beso y la llevó al salón donde estaban Adam y Jam. Jam al verla se levantó y fu corriendo a abrazarla. se derrumbaron las dos en cuanto sus brazos se juntaron. Los dos chicos se pusieron a ordenar de nuevo las cajas mientras las hermanas hablaban sentadas en el sofá.
- No, John. No guardes las cajas. Quiero tenerlas cerca.
- Jam, pequeña, no deberías maltratarte tanto. Vas a acabar psicótica... Es difícil para todos, pero si no nos intentamos distanciar un poco de él...
- Adam por favor, no digas eso, no digas más cosas por favor...
- Perdona, tienes razón. - Y siguió colocando las cosas religiosamente.
- Chicos, creo que deberíamos salir esta noche. Celebrarlo, no en plan "WUH!" pero... ya me entendéis... - Rompió el hielo Ariel intentando no cagarla.
- Es cierto, es lo que a él le hubiera gustado.
Diciendo esto, John cogió a Ariel de la mano, y Jam subió a su habitación a por una cazadora para ella y otra para Adam. cuando volvió al salón para darle el abrigo a su amigo, vio a Brian sentado enfrente suyo, mirándole con cara tierna y los ojos humedecidos.
- Adam, vamos, te he cogido tu cazadora.
Adam asintió se levantó, y detrás suyo Brian.
Cap. 2. Recuento de recuerdos
Ella ya no tenía miedo. No era el típico fantasma translúcido y de tonos azulados con la voz rota y esas cosas, era él. El chico que conocía desde hace 18 años, el chico que era prácticamente su hermano. Pues era lo mismo, solo que añadiendo los detalles de cómo se siente uno después de haberse metido drogadísimo en una piscina y haberse ahogado en ella, lo cual a Jamie le seguía dando mal rollo. A decir verdad, Jamie encontraba sus palabras con más vida que nunca.
- Y así es como te sientes cuando mueres.
- Hala tío... En serio, ¿seguro que no eres una alucinación?
- Lo que sería bastante probable, porque, repito: con lo que tomamos todos ayer...- Otra mirada fulminante de Jamie.
- Pero bueno, volviendo al tema, no veas lo a gusto que estoy...
- La verdad es que siempre te gustó evadirte de la realidad.
- Demasiado diría yo, pero eso va a cambiar. Estoy aquí para ayudarte y/o darte el coñazo y hacerte mejorar, tú decides.
- Pero a ver, hay algo que no entiendo. ¿Por qué yo tengo un "ángel de la guarda" que el resto del mundo no tiene?
- Porque estoy muerto, eres como mi hermana pequeña, y eso tiene sus ventajas.
- ¿Puedes dejar de decir que estás muerto? Es bastante incómodo la verdad.
- Es como si tu dices "ESTOY VIVA"
- Ya, ¡pero yo no voy diciendo por ahí que estoy viva!
- Ya... Pero es que estar vivo no es lo mismo que estar muerto...
- Obviamente - Interrumpió Jamie- Perdón, sigue.
- Lo que te iba diciendo, ser un muerto.. tiene más... morbo. Es guay.
- Ya. Es el momento perfecto para cortar esta conversación. Es muy incómoda, en serio.
- Vale. ¡Ah! Por cierto, se me olvidaba. Cuando tú hables conmigo en público, la gente te mirará comos i fueras gilipollas.
- ¿Por?
- Porque te oirán a ti, y se pensarán que hablas sola, y a mi ni me oirán ni me verán.
- ¿Y eso no lo puedes cambiar?
-Sí, pero es que es tan divertido ver como te dejas en ridículo tú sola... - Y se le dibujó la sonrisa en la cara.
- Ni muerto te encuentro la gracia, colega.
- Ahora lo has dicho tú. muerto, muerto, mueeeeeeeerto.
Jamie se quedó callada. Desvió la mirada hacia la pared. A lo largo del día había perdido toda esperanza de volver a verle, hablarle, sentirle. Y ahora no sabía cómo reaccionar. Volvió a mirarle y le encontró rebuscando en las cajas amontonadas.
- Joder... ¿Te acuerdas de este día?- Dijo sosteniendo entre sus manos una foto enmarcada donde salían ellos dos junto a John, empapados y con barro en las botas.
- Para olvidarlo, y el pobre Adam sacando la foto...
- Nos perdimos, se nos caló el coche, y al final terminamos sentados en una cuneta, cantando con la guitarra y bajo la lluvia. - Se quedó mirando al infinito unos segundos y añadió - Ojalá pudiese volver a vivir...
Brian se percató de la lágrima que estaba apunto de caer por la mejilla de Jamie antes de que esta se la secara con la manga del jersey. - ... a vivir más chorradas como estas, y lo haré, de forma especial. - Continuó intentando suplir el otro comentario.
- Déjalo Brian, será mejor que me vaya, o algo...
- ¿Por qué? Anda, quédate conmigo viendo estas fotos, anda...
En el fondo ese era el mayor deseo de Jamie: pasar el mayor tiempo posible junto a ese Brian, antes de que pasase cualquier cosa que se lo llevara de nuevo. Porque nadie sabía lo que iba a pasar. Era un sentimiento tan novedoso para ella... Pero eso precisamente fue el detonante que impulsó a Jamie para continuar con él allí: saber qué pasa cuando te acercas tanto al más allá.
- Está bien, me quedo un rato. Pero cállate, no vuelvas a cagarla.
- ¡Sabes que no es tan fácil en mí!- Y los dos sonrieron.
y allí se quedaron, horas y horas sacando fotos y álbumes de las cajas. En ningún momento Jamie se volvió a preguntar con quién estaba realmente interactuando. Y así se quedaron dormidos en el sofá, bueno, Jamie.
- Y así es como te sientes cuando mueres.
- Hala tío... En serio, ¿seguro que no eres una alucinación?
- Lo que sería bastante probable, porque, repito: con lo que tomamos todos ayer...- Otra mirada fulminante de Jamie.
- Pero bueno, volviendo al tema, no veas lo a gusto que estoy...
- La verdad es que siempre te gustó evadirte de la realidad.
- Demasiado diría yo, pero eso va a cambiar. Estoy aquí para ayudarte y/o darte el coñazo y hacerte mejorar, tú decides.
- Pero a ver, hay algo que no entiendo. ¿Por qué yo tengo un "ángel de la guarda" que el resto del mundo no tiene?
- Porque estoy muerto, eres como mi hermana pequeña, y eso tiene sus ventajas.
- ¿Puedes dejar de decir que estás muerto? Es bastante incómodo la verdad.
- Es como si tu dices "ESTOY VIVA"
- Ya, ¡pero yo no voy diciendo por ahí que estoy viva!
- Ya... Pero es que estar vivo no es lo mismo que estar muerto...
- Obviamente - Interrumpió Jamie- Perdón, sigue.
- Lo que te iba diciendo, ser un muerto.. tiene más... morbo. Es guay.
- Ya. Es el momento perfecto para cortar esta conversación. Es muy incómoda, en serio.
- Vale. ¡Ah! Por cierto, se me olvidaba. Cuando tú hables conmigo en público, la gente te mirará comos i fueras gilipollas.
- ¿Por?
- Porque te oirán a ti, y se pensarán que hablas sola, y a mi ni me oirán ni me verán.
- ¿Y eso no lo puedes cambiar?
-Sí, pero es que es tan divertido ver como te dejas en ridículo tú sola... - Y se le dibujó la sonrisa en la cara.
- Ni muerto te encuentro la gracia, colega.
- Ahora lo has dicho tú. muerto, muerto, mueeeeeeeerto.
Jamie se quedó callada. Desvió la mirada hacia la pared. A lo largo del día había perdido toda esperanza de volver a verle, hablarle, sentirle. Y ahora no sabía cómo reaccionar. Volvió a mirarle y le encontró rebuscando en las cajas amontonadas.
- Joder... ¿Te acuerdas de este día?- Dijo sosteniendo entre sus manos una foto enmarcada donde salían ellos dos junto a John, empapados y con barro en las botas.
- Para olvidarlo, y el pobre Adam sacando la foto...
- Nos perdimos, se nos caló el coche, y al final terminamos sentados en una cuneta, cantando con la guitarra y bajo la lluvia. - Se quedó mirando al infinito unos segundos y añadió - Ojalá pudiese volver a vivir...
Brian se percató de la lágrima que estaba apunto de caer por la mejilla de Jamie antes de que esta se la secara con la manga del jersey. - ... a vivir más chorradas como estas, y lo haré, de forma especial. - Continuó intentando suplir el otro comentario.
- Déjalo Brian, será mejor que me vaya, o algo...
- ¿Por qué? Anda, quédate conmigo viendo estas fotos, anda...
En el fondo ese era el mayor deseo de Jamie: pasar el mayor tiempo posible junto a ese Brian, antes de que pasase cualquier cosa que se lo llevara de nuevo. Porque nadie sabía lo que iba a pasar. Era un sentimiento tan novedoso para ella... Pero eso precisamente fue el detonante que impulsó a Jamie para continuar con él allí: saber qué pasa cuando te acercas tanto al más allá.
- Está bien, me quedo un rato. Pero cállate, no vuelvas a cagarla.
- ¡Sabes que no es tan fácil en mí!- Y los dos sonrieron.
y allí se quedaron, horas y horas sacando fotos y álbumes de las cajas. En ningún momento Jamie se volvió a preguntar con quién estaba realmente interactuando. Y así se quedaron dormidos en el sofá, bueno, Jamie.
viernes, 26 de agosto de 2011
Cap. 1. HOLA, DE NUEVO.
Los propios policías durante los interrogatorios y demás pruebas se dieron cuenta de que había sido un accidente, trágico, pero un accidente al fin y al cabo. En aquella pequeña comisaría se encontraron de nuevo todas las caras conocidas (y las que no lo eran tanto) que habían sido parte del desfase de la fiesta. Nadie despejado, nadie en su sano juicio, nadie decentemente sobrio como para aclararle a nadie la situación. Pero tampoco hizo falta. A Brian no le conocía nadie famoso o que pudiera hacerle daño... Y los que le conocían lo último que querían era verle muerto, así. Era una magnífica persona, completamente loco, pero por eso lo era. Después de tres largas horas contestando las mismas preguntas una y otra vez y bebiendo café de la máquina de aquella comisaría, Adam, John y Jamie se montaron en el todoterreno conducido por el hermano del primero, que también estuvo en la fiesta, pero se fue antes de poder comprobar lo que realmente hizo de ella una fiesta legendaria. Luke, el hermano de Adam, era una persona sumamente cotilla y siempre buscaba los tres pies al gato, pero por arte de magia, supo estarse los 20 minutos del trayecto hasta llegar a casa, cayado como una tumba. Llegaron, se bajaron dando tumbos hasta llegar a la puerta, igual de demacrados que al comienzo del día y con las manos en la cabeza, que les retumbaba a cada paso que daban. En aquella casa vivían los cuatro desde hace un par de meses. Amigos desde la infancia, ahora sobraba una habitación que había durado ocupada poco más de 60 días.
Los tres junto a Luke, cuales zombies, se apoyaron en el marco de la puerta de la habotación deshabitada y se quedaron embobados mirando al infinito vacío que se cernía ahora sobre ella. Aquel póster de Jimi Hendrix perdía su valor, la lengua gigantesca de los rolling stones en el techo parecía transparente, la colección de frikipolleces que tanto entretenía al cuarteto en las tardes de lluvia se había reducido a una estantería con tazas y figuritas de acción, ya no tenían significado ni recuerdos propios. Las fotos de toda una vida colgadas encima de la mesa, lucían como un simple corcho con caras difuminadas y borrosas. Una verdadera pena.
Pero allí estaban, sin un posible retorno en el tiempo, y adam fue el primero en darse cuenta. Como caído del cielo, como si acabara de aterrizar en este planeta, se fue deslizando por el marco de la puerta hasta quedarse llorando acurrucado en el suelo. John se limitó a agacharse ligeramente y darle unas palmaditas en la espalda reprimiendo sus lágrimas.
Jamie era débil y sensible, pero durante su infancia y adolescencia había procurado siempre no parecerlo, y con 20 años recién cumplidos seguía haciéndolo. Se retiró sigilosamente hasta su cuarto. Al quedarse en la puerta al igual que en la habitación de Brian, se dio cuenta de que aquella habitación ya no tenía casi sentido. Sus paredes, recién forradas, le recordaban demasiado a él. Todo un día imprimiendo fotos y frases y pegándolas por todos los rincones de esas cuatro apredes ellos dos juntos. Aquella lamparita de lava que siempre se quedaban los cuatro mirando como tontos, aquella Polaroid colgada del perchero... Ya no eran cuatro, ese era el problema. Deambulando por los pasillos y con la intención constante de no perder su reputación de "chica dura" que tanto tiempo le había costado ganarse, pasó por la puerta de John, siempre abierta, cerrada por esta vez. Al asegurarse de que nadie pudiese derrumbarla, decidió esconderse en el salón apra dejar fluir sus sentimientos. El etéreo salón adornado simplemente por un sofá de cuatro plazas, un sillón psicodélico y un montón de cajas aún sin desembalar amontonadas en un rincón, era muy triste. Demasiado para ella. Casi como si la acabaran de disparar, Jamie calló fulminada en el sillon de colores, y aún así no fue capaz de llorar hasta que no se cercioró de que nadie la veía.
Había estado más de 5 horas ante esa situación, pero ahora ya era plenamente consciente de todo lo que pasaba.
- Hola. - Dio un salto en el sillón. No sabía si por miedo o por vergüenza. Quizás se estaba emparanoiando, pero ella juraría que la voz que acaba de escuchar era la de Brian. Y más paranoia se creaba al girarse y ver a aquel chaval de ojos verdes que hace apenas unas horas estaba boca-abajo en la piscina.
Decidió que lo mejor era gritar. Su madre siempre la dijo que los gritos espantaban a las pesadillas.
- Estoy muerto, no sordo, joder Jam. - A pesar de los gritos, Jamie iba notando como la adrenalina y el horror fluía a chorros por su cuerpo mientras mordía cojines para conseguir que aquella "cosa que parecía ser Brian" desapareciese. Cuando ya estaba a punto de desplomarse por la presión de sus dientes con el cojín
, aflojó la mandíbula dejando caer el cojín y giró la cabeza hacía donde se encontraba aquel "ser". Allí solo estaban john y adam preocupados por los alaridos.
, aflojó la mandíbula dejando caer el cojín y giró la cabeza hacía donde se encontraba aquel "ser". Allí solo estaban john y adam preocupados por los alaridos.
- Era una pesadilla, ¿no? - Preguntó Adam mientras le tocaba la cara a la chica.
- Si... ¿es normal? Quiero decir, ¿me va a pasar constantemente, Adam?
- Supongo... todavía no hemos terminado el cursillo de "Sueños y traumas" en psicología.
- Viene bien tener un psicólogo o proyecto de psicólogo en casa para estos casos, ¿eh? - Dijo John intentando aflojar la situación.
Aunque ya estaba ella más calmada por el hecho de saber que había sido todo un mal sueño, y que ninguno de los otros estaban viendo a Brian sentado en su parte del sofá, o lo que fuera que ella veía, aún tenía un presentimiento, corazonada, miedo. no le daban miedo los fantasmas, y mucho menos si el fantasma era uno de sus tres mejores amigos, lo que temía era tener que cargar toda su vida con el peso de soñar con él, de sentirle a cada paso.
Todo este sentimiento, esta sensación, se acrecentó cuando al mirar entre las cabezas de john y Adam apareció la cabeza de Brian. Pero no se asustó, no quiso gritar hasta que desapareciese, ahora sintió paz al ver su penetrante mirada y su sonrisa niñada en su cara marcándole los hoyuelos que a tantas chicas habían conquistado. No se sintió en peligro, más bien todo lo contrario. Y esque esa mirada podría cambiar el mundo.
- Ya estoy mejor, gracias chicos. ¿Podéis dejarme sola otra vez, por favor?
- Claro enana. - John guiñó un ojo como siempre mientras e despeinaba el flequillo, como siempre. Le dio un beso en la frente, como siempre, y se fue detrás de Adam, cabizbajo y abatido, eso no era como siempre.
Antes de oírles cerrar las puertas, "Brian" se volvió a sentar en el sofá, junto al sillón en el que Jamie estaba sentada.
- Se agradece bastante que ya no grites, la verdad.
- ¿Me vacilas?
- ¿Por qué tendría que estar vacilándote? Estoy muerto, no tengo necesidad de hacerlo. Si estuviese vivo, sería gracioso, pero no, ahora no hace gracia. Aunque pensándolo bien, sí, ¡sigue siendo gracioso!
- No, en serio Brian, o lo que seas...
- Soy Brian. ¿Me he muerto hace menos de un día y ya no te acuerdas de mi?
- ¿Eres una pesadilla o una alucinación o algo, no?
- No. Pero podría serlo perfectamente, porque hija... Con lo que tomaste ayer... podrías ver a una morsa bailando claqué.
- tú también ibas fino, solo hay que verte, estás muerto por eso, no eres el mejor para decirme eso. Espera, Jamie, céntrate. Vale. - Dijo hacia sí misma- Sigues sarcástico y bobo como siempre, seguro que eres un recuerdo o algo... Igual es por el sentimiento de culpa.. creo que leí algo sobre eso en los apuntes de Adam...
- ¿Sentimiento de culpabilidad? Eh, eh, eh, espera, para y rebobina. Te sientes culpable, ¿en serio?
- No.. no sé, igual... eso explicaría que estés aquí.
- No verásd, te explico. Yo al morirme llegué a un lugar y en la puerta del sitio, que podría ser 2el cielo" oa lgo, me dieron un mando y voy eligiendo quién me ve y esas cosas.
- ¡¿EN SERIO?!
-- Hahahah, ¡qué va!- Ella le miró con cara de odio, pero riéndose a la vez. La expresividad que Jamie era capaz de manejar, la había ahorrado cantidad de palabras durante toda su vida, y en este momento, no era menos.
Después de apenas 30 segundos de silencio que aparentaron ser tres horas, Brian continuó o más bien, comenzó su historia, de verdad,
INTRODUCCIÓN.-
Hacía ya unas horas que la gente de había ido, la música había ido disminuyendo considerablente de volumen, pero aún así parecía que aquellas canción seguía rebotando por las paredes de la casa. Ese "Time to pretend" que tan bien había encajado hace apenas unas horas cuando la fiesta empezaba. Fue un éxito. Tenía que serlo.
Y allí estaban, en el jardín de una casa que no podía negar lo ocurrido. Allí estaban, despeinados y con la ropa malamente colocada, dos cuerpos casi inconscientes mirando a una piscina en la que flotaban vasos, globos, serpentinas, algún zapato de tacón en el fondo y una persona. a pesar de su visible y perceptible demacración, ellos dos, los dos que observaban, estaban más vivos que el cuerpo flotante.
- ¡Joder!- Jamie y Adam apenas se sobresaltaron ante la reacción de John al llegar y ver la escena. Después de haber gritado y dado el correspondiente brinco, se sentó tranquilamente y completamente anonadado junto a los otros dos.
- ¿Está... muerto?
- Si.- Para ser la situación como era, y sabiendo el carácter de Jamie, aparentaba una inusual tranquilidad. Podría aprecer a simple vista que el tema no les transmitía mayor importancia, pero realmente, era todo lo contrario.
- ¿Es Brian?
- Sí, joder John, sí. ¿Te importaría dejar de hacer preguntas obvias?
- Perdón... Y, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a esconder el cadáver? Eso me da muy mal rollo tío.
- En serio Johnny, la resaca te hace parecer más tonto aún... Obviamente no. Ya hemos lamado a la ambulancia y la polía ya viene de camino. Nos han dicho que nos quedemos donde estamos y que no toquemos nada.
- No sé ni como hemos podido hablar por teléfono, si Jamie no es capaz ni de andar...
- Osea, ¿pero desde cuándo estáis aquí? - Adam se bajó las gafas hasta la mitad de la nariz para que John pudiese ver perfectamente la mirada asesisa que le contestaría a todas sus preguntas. - Entendido, me callo, ¿no?
Después de unos minutos que se hicieron eternos, entraron dos hombres para sacar a Brian de la piscina, lo tumbaron sobre una camilla y le cubrieron con una de esas sábanas metálicas tan siniestras a la par que dramáticas.
Ninguno de los tres era plenamente consciente de lo ocurrido. Había sido una noche alrga y con mucho signos de interrogación y lagunas causadas por el exceso de Rock and roll y derivados. Alcohol, drogas, sexo, música potente y demás. Era una gran ocasión, lo suficientemente importante como para celebrarlo así. Pero hasta la mañana siguiente, después de pasar resacas y demás pasadas, no serían plenamente conscientes de lo que había ocurrido. Jamie más que ninguno.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)