Ella ya no tenía miedo. No era el típico fantasma translúcido y de tonos azulados con la voz rota y esas cosas, era él. El chico que conocía desde hace 18 años, el chico que era prácticamente su hermano. Pues era lo mismo, solo que añadiendo los detalles de cómo se siente uno después de haberse metido drogadísimo en una piscina y haberse ahogado en ella, lo cual a Jamie le seguía dando mal rollo. A decir verdad, Jamie encontraba sus palabras con más vida que nunca.
- Y así es como te sientes cuando mueres.
- Hala tío... En serio, ¿seguro que no eres una alucinación?
- Lo que sería bastante probable, porque, repito: con lo que tomamos todos ayer...- Otra mirada fulminante de Jamie.
- Pero bueno, volviendo al tema, no veas lo a gusto que estoy...
- La verdad es que siempre te gustó evadirte de la realidad.
- Demasiado diría yo, pero eso va a cambiar. Estoy aquí para ayudarte y/o darte el coñazo y hacerte mejorar, tú decides.
- Pero a ver, hay algo que no entiendo. ¿Por qué yo tengo un "ángel de la guarda" que el resto del mundo no tiene?
- Porque estoy muerto, eres como mi hermana pequeña, y eso tiene sus ventajas.
- ¿Puedes dejar de decir que estás muerto? Es bastante incómodo la verdad.
- Es como si tu dices "ESTOY VIVA"
- Ya, ¡pero yo no voy diciendo por ahí que estoy viva!
- Ya... Pero es que estar vivo no es lo mismo que estar muerto...
- Obviamente - Interrumpió Jamie- Perdón, sigue.
- Lo que te iba diciendo, ser un muerto.. tiene más... morbo. Es guay.
- Ya. Es el momento perfecto para cortar esta conversación. Es muy incómoda, en serio.
- Vale. ¡Ah! Por cierto, se me olvidaba. Cuando tú hables conmigo en público, la gente te mirará comos i fueras gilipollas.
- ¿Por?
- Porque te oirán a ti, y se pensarán que hablas sola, y a mi ni me oirán ni me verán.
- ¿Y eso no lo puedes cambiar?
-Sí, pero es que es tan divertido ver como te dejas en ridículo tú sola... - Y se le dibujó la sonrisa en la cara.
- Ni muerto te encuentro la gracia, colega.
- Ahora lo has dicho tú. muerto, muerto, mueeeeeeeerto.
Jamie se quedó callada. Desvió la mirada hacia la pared. A lo largo del día había perdido toda esperanza de volver a verle, hablarle, sentirle. Y ahora no sabía cómo reaccionar. Volvió a mirarle y le encontró rebuscando en las cajas amontonadas.
- Joder... ¿Te acuerdas de este día?- Dijo sosteniendo entre sus manos una foto enmarcada donde salían ellos dos junto a John, empapados y con barro en las botas.
- Para olvidarlo, y el pobre Adam sacando la foto...
- Nos perdimos, se nos caló el coche, y al final terminamos sentados en una cuneta, cantando con la guitarra y bajo la lluvia. - Se quedó mirando al infinito unos segundos y añadió - Ojalá pudiese volver a vivir...
Brian se percató de la lágrima que estaba apunto de caer por la mejilla de Jamie antes de que esta se la secara con la manga del jersey. - ... a vivir más chorradas como estas, y lo haré, de forma especial. - Continuó intentando suplir el otro comentario.
- Déjalo Brian, será mejor que me vaya, o algo...
- ¿Por qué? Anda, quédate conmigo viendo estas fotos, anda...
En el fondo ese era el mayor deseo de Jamie: pasar el mayor tiempo posible junto a ese Brian, antes de que pasase cualquier cosa que se lo llevara de nuevo. Porque nadie sabía lo que iba a pasar. Era un sentimiento tan novedoso para ella... Pero eso precisamente fue el detonante que impulsó a Jamie para continuar con él allí: saber qué pasa cuando te acercas tanto al más allá.
- Está bien, me quedo un rato. Pero cállate, no vuelvas a cagarla.
- ¡Sabes que no es tan fácil en mí!- Y los dos sonrieron.
y allí se quedaron, horas y horas sacando fotos y álbumes de las cajas. En ningún momento Jamie se volvió a preguntar con quién estaba realmente interactuando. Y así se quedaron dormidos en el sofá, bueno, Jamie.
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