Jam se cansó de eso, y prefirió que Luke la esperase fuera. Cuando volvió de cerrar la puerta se encontró a Brian husmeando su armario.
- Con el vestidito rojo irías demasiado putón y demasiado elegante. ¿Por qué no te pones la camiseta de Dylan y los pitillos rotos y ya está? Es como estás más guapa.
- Gr...gracias Brian. - Se le hacían los ojos agua cada vez que le veía después de la discusión.
- Y ponte un buen push-up, mucho rimmel, y tira, que tienes al hermano de Adam y a otros 3 tíos esperándote, ¡vamos!
Le hacía mucha gracia la situación. Brian siempre la había tratado como su mejor amigo, como a un tío, y ahora la intentaba dar consejos. Cada día desde que se conocían le quería más, e incluso muerto le seguía queriendo cada día más.
Siguiendo los consejos de Brian, bajó las escaleras, esperó a Luke, y se fueron al Pilgrims, su bar favorito. Por el camino se encontraron a Woody, que llegaba en su fulgurante cadillac rojo, y les invitó a entrar, para que su aparición fuese aún más espectacular.
En efecto, aparcaron en la puerta, y medio Londres se les quedó mirando. En la puerta estaban Jack Taylor, con la cabeza gacha, cigarro en mano, despeinado, vaqueros apretadísimos, camiseta blanca medio rota, y chupa de cuero marrón. De espaldas a ellos estaba su mánager.
La sorpresa fue cuando el mánager de Taylor se giró, y era el mismísimo Nathan. El novio de Electra, el que había irrumpido con ella esta mañana en su casa. Del que se había quedado prendada Jam.
Jamie temblaba. Iba a pasarse toda la noche hablando de negocios con su "novio", su ídolo, un casi desconocido de lo más atractivo y su mánager gay. Woody era claramente lo que menos la preocupaba.